These broken hands of mine

sábado, 23 de abril de 2011

Velos como personas...

Cierra los ojos. Respira profundamente, y pon la mente en blanco. No pienses en nada, ni en nadie. Abre los ojos de nuevo, ¿qué ves?
Si ves gente, más gente, volteas y ves aún más gente, entonces inténtalo otra vez, pero ahora convierte ese espacio en blanco en palabras, y sigue las siguientes instrucciones:

Imagina una figura sin forma en tu espacio en blanco. Dale forma; pero no una definida: dale manos, pies, piernas, brazos, dedos, uñas, una cabeza, y en esa cabeza ponle ojos, una nariz, una boca, orejas. No le pongas pelo, en ninguna parte. Ni siquiera pienses en el color de los ojos, no trates de darle una forma definitiva.

Ahora, míralo bien. Detente en sus detalles, en su forma indefinida. ¿Qué ves?
Si no lo sabes, yo te lo diré:
No ves gente.
No ves una raza, un color, una cultura, ni una tradición.
No ves el paso del tiempo, no ves sus heridas físicas.
No ves a alguien enojado, ni estresado.
No ves a alguien con maldad en sus ojos,
no ves lo que hay en sus ojos.
No ves a alguien que te de problemas,
no ves a alguien que produzca dinero,
ni a alguien que tenga que hacerlo para sobrevivir.
No ves a alguien enfermo físicamente.
No ves a alguien que pueda atacarte o herirte.
No ves gente.

Deja de ver gente. Empieza a ver personas.
Empieza a ver qué es lo que hay detrás de todas esas heridas, de todas las líneas de su cara y de su mano, y de todas esas formas de ser que tanto pueden molestarte.
Empieza a ver  qué es lo que se esconde detrás de cada gesto, detrás de cada sonrisa y cada ceño fruncido.
Empieza a ver qué hay detrás, y tal vez puedas dejar de ver gente.
Pero lo más importante: deja de ver gente, empieza a ver personas.




***************************************************


"Deja de Odiar. Odiar no sirve para nada".