These broken hands of mine

miércoles, 29 de febrero de 2012

No basta. No es suficiente.

No es que la educación en Chile sea pobre, o que el gobierno de derecha no sepa gobernar. No es que quieran derrocar al gobierno y ensuciar su imagen. Es que la gente está cansada del único gran sistema en nuestro país que está obsoleto hace ya varios años: la democracia representatitva.

No hay palabras correctas que definan la importancia y el rol fundamental que ha jugado la fuerza de acción de la sociedad chilena en el curso de los hechos que dirigen al país en el último tiempo. Se nota que la opinión pública ya no está conforme con sólo ser "opinión", ahora quieren tomar el lienzo, la cacerola, la vuvuzela y hasta el camote, y quieren salir a protestar. Aunque más que protestar es salir a hacer escuchar su voz, porque como dije, ya no basta con poner una opinión en un tweet, o en un blog, ahora hay que salir a gritarla a la calle, y hacerlo con tanta fuerza como sea posible. No es necesario mencionar el movimiento estudiantil de 2011 para dar pruebas concretas de lo que estoy diciendo, o la negativa de la población a Hidroaysén, las protestas anuales de los deudores habitacionales. Para quien mira esto desde afuera, todo es más de lo mismo: gente disconforme que no están del lado del gobierno y quieren derrocarlo o ensuciar su imagen para que la bancada política que gobierna no salga de nuevo. Tengo que reconocer que hasta hace medio año atrás yo pensaba así. Pero también me era imposible no preguntarme: ¿Qué está fallando? ¿Por qué el descontento se produce ahora y no hace algunos años atrás? ¿Será que habrá alguna fuerza maligna o poder sobrenatural que le pone a la gente estas ideas en la cabeza con el fin de generar el caos? Esa última idea la saqué de un libro del escritor chileno Roberto Ampuero, donde se postulaba que había una sociedad internacional compuesta por los países más ricos del mundo, que al ver que un país subdesarrollado empezaba a surgir como potencia económica, movían sus influencias para generar el caos en dicho país y hacerlo caer nuevamente, y todo esto de las formas menos previsibles posibles, es decir: manipulando dirigentes sindicales, creando movimientos sociales, generando descontento en la población.
Bueno, eso es ficción. Pero también una explicación viable (o más bien poco viable) a lo que está pasando. Pero no fue sino hasta ver las manifestaciones en Aysén, que me di cuenta de qué es lo que está realmente obsoleto en nuestro país, y que dista mucho de todos los problemas visibles que se han planteado hasta ahora. Y puedo decir con la seguridad de alguien que da su opinión en un blog, que hay un sólo sistema que está realmente obsoleto en nuestro país, y no es ni el sistema de salud ni el de educación: es el de representación democrática. 
Desde la instauración de la república de Chile, que la democracia nos ha hecho felices a todos, creándonos la falsa  idea de que a través de ella todos podemos expresar nuestra opinión y hacer un cambio a través de... bueno... el voto. Pero no olvidemos que durante el siglo XX el voto era comprado, los campesinos eran obligados a votar por el candidato que el patrón les dijera, o habían mafias arreglando las elecciones siempre. Poco después, los presidentes eran derrocados, o no se les dejaba gobernar, y la voz de aquella mayoría que escogió a dicho presidente se iba a la basura. Ya entonces el sistema de representatividad no era respetado. Pues bien, en estos momentos, la representatividad ya no sirve, porque si un diputado o senador está dispuesto a privilegiar sus propias necesidades antes que las de su comuna, región o pequeña masa de gente que lo escogió, entonces, ¿sirve de algo que esa gente lo haya escogido para que sea su voz frente a la toma de decisiones del ejecutivo? La respuesta ya la sabemos. En la actualidad estamos escogiendo a personas que no nos representan, que no tienen vocación de servicio, que dicen escuchar lo que sus electores tienen para proponerle en base a sus propias necesidades, pero como decía mi mamá cuando tenía 5 años, les entra por un oído y les sale por el otro. Así es como realmente no me extraña que la mayoría de la juventud chilena no tenga interés alguno por inscribirse en los registros electorales, y estoy seguro que ahora que el voto es voluntario, habrá el registro de sufragios más bajo en la historia de la democracia en Chile, porque estar votando por alguien que claramente no tiene mis mismas necesidades, no siente la misma injusticia que sentí yo cuando me enteré que me estaban pasando a llevar por alguna medida, y que, a grandes rasgos, no me representa, es como estar perdiendo tinta, papel y un día al año para ir a votar. 
La sociedad chilena en general está cansada de no tener a nadie que escuche sus necesidades, y de tener a gobernantes que no sean capaces de bajar del cerro a ver qué está pasando y tomar medidas, porque, aunque no queramos aceptarlos, TODOS los políticos chilenos, tanto de derecha como de izquierda o de centro, viven de Las Condes para arriba y sus ingresos no son menores al millón de pesos por mes. ¿Entienden ahora, por qué ningún político, de ninguna calzada política, se preocupó desde el principio por el problema del endeudamiento de los estudiantes con CAE, hasta que los mismos estudiantes lo hicieron notar? 
Estamos cansados del sistema político que nosotros mismos apoyamos desde sus inicios. Estamos aburridos de la representatividad política nula, y de que en la toma de decisiones la voz de la señora Juanita y su marido chofer de micro no se escuche. Pero, ¿qué podemos hacer? En Aysén la solución que buscan es construir un país federal, donde cada región utilice sus propios recursos. Eso me suena bastante al hermano rico de la familia que no quiere compartir ni con sus padres, ni con sus hermanos de menos recursos, porque hay regiones donde el sustento no es lo suficientemente grande como para poder formar por sí solo un estado, y donde los únicos ingresos que reciben las municipalidades son de las patentes de autos, de comercio, y los partes que sacan los pacos, porque sí, los pacos sirven para algo más que reprimir masas. ¿Hay algún sistema político donde la voz de todos y cada uno sea escuchada por igual? La verdad es que no, porque somos tan heterogéneos que siemore va a quedar alguno disconforme con las medidas que se tomaron, y como la historia es un ciclo que se va repitiendo, volveríamos a vivir de nuevo todo esto. La única solución parece ser la de escoger mejor a nuestros representantes: dejar de jugar a los partidos políticos, y creer ilusamente que los ideales que tengo yo los comparte un partido, y empezar a votar por la calidad de persona que tengas las agallas suficientes, y los problemas suficientes, como para que pueda ponerse en el lugar de quienes realmente lo necesitan, y salga a gobernar. 
Pero, ¿cuánto tiempo tiene que pasar para que venga el nuevo mesías? Eso ni la iglesia lo sabe.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

(Extensión cuento anterior)

Parada en medio del banco, sin poder moverse y sin saber qué hacer, estaba terriblemente avergonzada, y su cara estaba roja  y sin expresión. Frente a ella, Pablo, el conductor del programa de bromas, sonreía como un ganador porque había conseguido a la víctima perfecta. Las demás personas en el banco reían a carcajadas de la situación: desde los banqueros y ejecutivos que pasaban su vida encerrados en sus cubículos, hasta las señoras que hacían la fila con sus vestiditos floreados y sus carteras gigantes bajo el brazo. Paula sentía su cara arder mezcla de rabia y vergüenza: no sabía qué hacer o qué decir, porque todo podía ser usado en su contra. Tenía dos opciones: rendirse y aceptar que había sido engañada, o jugar también ella un poco. Tomó aire y gritó: “¿Me puedes explicar qué está pasando aquí? ¿Por qué estás haciendo esto?” Pablo la miró sonriendo aún, y le explicó de nuevo que se trataba de una cámara indiscreta, pero ella lo interrumpió, gritando: “Ah, ¿o sea que a esto te estás dedicando ahora? Andas jugando por ahí con camaritas y riéndote de la gente? ¿Cuánto te pagan? ¿Cuánto te están pagando por hacer el ridículo?” Confundido, Pablo no supo qué responder, las risas desaparecieron, y todos en el banco se preguntaban qué estaba pasando allí. “Perdone señorita, pero no le entiendo. Le repito que esto es una broma, y allí está su cámara”. –Dijo mientras señalaba una cámara de vigilancia en un rincón. Trató de sacarla de la fila tomándola por un brazo, pero ella se liberó violentamente y empezó a gritar aún más fuerte: “¡No me vengas con estupideces por favor! ¡Así es como piensas salvar a nuestra familia? Claro, una como tonta trabajando todo el día para alimentar a las dos guaguas que me hiciste, y él anda puro perdiendo el tiempo haciendo bromitas para la tele. ¿Con qué piensas que se alimenta una familia, tarado?” Pablo estaba horrorizado y bajando la voz trató de explicarle que él era sólo un actor que trabajaba en eso y en una pequeña compañía de teatro no muy exitosa, y que tal vez lo estaba confundiendo con alguien más. “¡¿Y ahora me desconoces?! ¡Eres un imbécil! No, yo soy la imbécil. No sé en qué estaba cuando dejé que me hicieras dos guaguas. Y te creí cuando me dijiste que ibas a buscar trabajo e ibas a madurar. Eres un sinvergüenza, un descarado, y que toda esta gente lo sepa: -Alzó la voz y se dirigió a todos los que estaban en el banco.- ¡Este hombre me dejó tirada con dos guaguas y yo lo tengo que mantener! ¡Es un desgraciado, me prometió que iba a cambiar y aquí lo tienen jugando con camaritas y con dos hijos muertos de hambre en la casa!” Cuando vio que las cosas se salían de control, Pablo sonrió: la miró fijamente con cara de “me encantas cuando haces estos shows”, se quitó el pelo rubio que tenía sobre la cabeza y mostró una cabeza calva, se sacó una máscara de goma de la cara y se puso unos lentes gruesos de marco negro. Ella lo miró sorprendida y abriendo la boca, impresionada. Él dijo: “No soy ningún conductor de ningún programa. Soy el tipo con el que salías hasta dos semanas. Me dijiste que no me querías seguir viendo, y yo te dije que no te dejaría ir. Aquí estoy, jugándomela. ¿Quieres casarte conmigo?”.

viernes, 28 de octubre de 2011

Hola, ¿Cómo estás?

- Hola, ¿cómo estás?
- Hola, ¿te conozco?
- Hola, ¿cómo estás?
- ¿Hola…? Disculpa, ¿te puedo ayudar en algo?
- Hola, ¿Cómo estás?
- (Mirando desconcertada hacia todos lados) Disculpa, ¿esto es una especie de broma? ¿uno de mis amigos te mandó?
- Hola, ¿cómo estás?
- Mira, ¿sabes qué? Si alguien te mandó, puedes decirle que no es gracioso. Estoy hace dos horas en este banco, nadie atiende, así que si esto es una broma, por favor déjame tranquila.
- Hola, ¿cómo estás?
- (Mira al tipo impresionada, y hace el ademán de retirarse de la fila) Disculpa, ah.
- (Tomándola del brazo) Hola, ¿cómo estás?
- Mira, no quiero ser pesada, ni mucho menos hiriente, pero, ¿tienes algún problema?
- Hola, ¿cómo estás?
- Ay, ¿qué quieres? ¿Quieres plata, quieres algo? Si quieres te puedo ayudar en lo que necesites, de verdad, pero soy una ejecutiva ocupada, no tengo tiempo para estas cosas, no tengo tiempo ni siquiera para fijarme en alguien y tener algo, ¿me entiendes? Entonces, las cosas funcionan así, por lo menos para mi: tú me dices en qué puedo ayudarte, yo te ayudo, y me dejas en paz, ¿te parece?
- Hola, ¿cómo estás?
- No le entiendo. De verdad que no le entiendo. ¿Es sordomudo usted, tiene algún síndrome de algo? Yo creo que debería buscar ayuda, usted necesita ayuda.
- Hola, ¿cómo estás?
- Ah no, sabes qué voy a llamar al guardia, porque me estás desesperando. –Volviéndose de cara hacia el guardia: ¡Disculpe! ¡Disculpe, me puede ayuda!
-(Poniendo sus manos sobre sus hombros y mirándola con tranquilidad) Hola, ¿cómo estás?
- (Perdiendo totalmente la paciencia) Okey, a ver. ¡¿Qué quieres que te responda?! ¿Quieres que te diga ‘Hola, me llamo Paula, soy una ejecutiva que tiene 30 años y está soltera porque es tan ocupada y tan mal genio que nadie la quiere, así que no, no estoy bien, no estoy bien en lo absoluto porque además tengo miedo que me llegue la menopausia en cualquier minuto al paso que voy, o de quedarme solterona y sola porque ni mis sobrinos me quieren y ahora tengo que estarte soportando a ti en la fila del banco’, ¿¡eso quieres que te diga!?
- Hola, ¿cómo estás? Mi nombre es Pablo, soy un actor. Todos ellos son actores, allá hay cámaras, y esto ha sido una cámara indiscreta. Saldrás en televisión nacional, saluda a tus amigos en la cámara 1.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Casi, Casi, Hasta

Casi casi están a punto de rendirse, pero casi casi es casi un esfuerzo más que casi casi vale la pena. Cada respiro, cada agitación, casi casi ese estupor ajeno que se sube a sus cabezas y ese rojizo casi casi tierno que sube a sus caras casi casi humedecidas por el calor de sus mejillas casi encendidas por el calor casi sofocante. Y aunque querían detenerse y estaban cansados de seguir intentando, estaban casi seguros de que todavía había algo más por hacer, y decidieron seguir intentando, porque casi casi era hora de levantarse y ya no valía la pena volver a dormir: estaban casi a punto de terminar, casi sin mirar el tiempo que ha pasado desde que empezaron a intentar ese casi casi que les llevaría a lograr lo que tanto anhelaban: ver la sonrisa en la cara de su propio niño, un niño que casi casi sería suyo para siempre, porque sabían que en la tierra casi todos los hijos son prestados, porque una vez que se vuelven casi independientes, deciden no volver al hogar y las calles y los ojos que casi casi los vieron crecer.

Casi valía la pena seguir intentando: incluso hasta se detuvieron a pensar si hasta sus padres sentirían la misma alegría que ellos casi ya estaban sintiendo. Hasta necesitaban un descanso, porque tanta agitación hasta les estaba pasando la cuenta y estaban casi sin aire, agitados por el esfuerzo que daban hasta no poder más. Casi era de día. El sol estaba casi arriba ya, alumbrando hasta las casas que se veían de lejos en la aldea, que estaban hasta arriba cubiertas de nieve. Era la época del año donde casi no había naturaleza verde, porque hasta las copas de los árboles estaban vestidos del blanco casi cegador de la nieve de invierno. Era casi lindo, pero hasta el ciego más frío era capaz de ver esa nieve que reflejaba el sol con tanta fuerza, que se convertía rápidamente en un blanco casi luminoso.

Y ahí estaban ellos, casi hasta quedándose dormidos sobre sus propios cuerpos, porque casi ya no les quedaban las energías, esas que casi ya no se ven hoy en día, porque hasta ellos sabían que casi todos en el planeta ocupan hasta sus últimas reservas de energía haciendo lo que tienen que hacer en el día. Pero ahí estaban ellos, casi agotados, casi rindiéndose, agitados, con la respiración funcionando a mil por hora, con el calor de sus cuerpos casi bordeando su límite humano. Pero incluso hasta esa hora se mantenían el uno al otro, porque lograr lo que querían en ese niño, era un trabajo de dos, que sólo ellos podían hacer.

Casi ya con el sol mandando hasta sus rayos de sol más disimulados, ella le dice a él que casi está listo. Él parte hasta el baño, se moja un poco la cara, se quita los guantes casi inútiles a estas horas de la mañana, y nota que su traje está cubierto por la pintura roja con que ha estado toda la noche trabajando.

Hasta el comedor de la casa regresa de vuelta del baño, para ver, tras la chimenea cargada casi hasta arriba de leña, haciendo del invierno casi un verano,  la dotación casi completa de camiones y muñequitas de felpa que llegarán a todos los niños de la aldea esta navidad. Porque ambos sabían que nadie se ocupaba ya de la navidad de los más pequeños, y casi hasta ellos se habían dado por vencidos, si no hubieran sabido lo que eran capaces de hacer en una sola noche.

jueves, 18 de agosto de 2011

19


Video
Audio

Hola, no hay lead aquí.
P.G. – Imágenes Archivo, Polonia Siglo XX


P.M. – Animación “Cyranide and Happines” de un bebé naciendo.

P.G. – Animación papá tomando al bebé y llevándolo al registro civil.

P.D. – Animación nombre cambiado en un papel.
P.P. – Animación papá con cara de horror por haber inscrito mal a su hijo.

P.M. – Entrevista mamá.





P.M. – Entrevista papá.






P.G. – Fotos bautismo.

P.G. – Captura mapa en Google Maps con la ubicación del pueblo – Zoom In.

P.G. – Frontis casa.
P.M. – Animación niños encerrados en la casa, viendo a los otros jugar afuera.




P.M. – Entrevista mamá.






P.M. – Entrevista papá.








P.G. – Animación, niño sale de la casa y cae en el colegio.


P.M. – Entrevista profesora.






P.M. – Entrevista educadora.







P.M. – Entrevista papá




P.D. – Animación libreta de notas con muchas notas rojas.
P.G. – Animación compañeros riéndose de él.




P.M. – Entrevista compañero de curso.







P.M. – Animación hojas del libro pasando con anotaciones y anotaciones.


P.D. – Fotos Alexis en actividades de Centro de Alumnos y concursos.





















P.M. – Entrevista abuela.




P.M. – Entrevista mamá.




P.M. – Entrevista Abuela


P.M. – Entrevista papá.





P.M. – Fotos cuarto medio.



P.G. – Fotos Alexis en el edificio.

P.D. – Animación Alexis subiendo a un bus de transantiago,y llegando a la U.



P.M. – Entrevista Alexis.




P.D. – Fotos Alexis Bebé.
P.D. – Fotos Alexis cumpleaños de niño.
P.D. – Foto Alexis en Licentiatura de cuarto medio.

P.D. – Foto Alexis con sus amigos de la Universidad.
Inicio Canción: “Make a noise”, Katie Herzig

El 18 de mayo de 1920, nació el
papa Juan Pablo II.  Setenta años
 más tarde, lejos del vaticano,
Roma y Europa en general, na-
ció en el hospital de Linares
una bola blanca de poco pelo
 y pocos ojos que tenía que lla-
marse Rodrigo Alexis,  pero
su papá se confundió y le pu-
so al revés.

Cuña (Mamá):
“Ese día lo quise matar. Empe-
zamos mal, le íbamos a poner
un nombre y Rodrigo va y lo
cambia.”

Cuña (Papá):
“Le íbamos a poner Rodrigo por
 mi nombre –yo me llamo Rodrigo-. 
Y Alexis por un hermano que tu-
ve yo que murió cuando tenía
5 años”.

Lo bautizaron en una iglesia
evangélica, y la familia se fue
 a vivir a un pequeño pueblo
alejado de la ciudad, cuando
la madre se hizo cargo de una
Posta de Salud rural. El puebli-
to se llamaba Palmilla, y la ma-
má lleva trabajando ahí veinte
 años, pero nunca dejó que
sus hijos salieran a jugar con
 los otros niños:

Cuña 3 (Mamá):
“Un día a Alexis le quisieron
 robar la bicicleta. Desde ahí
 que no dejamos que nunca
jamás se juntara con esos de-
lincuentes juveniles”

Cuña (Papá):
“Sii, esa vez me trataron tan
 mal a mi hijo, y nosotros tanto
que lo cuidábamos… (comienza a llorar y no puede seguir hablando)”


Inicio Canción: “Early christmas present”, Kate Nash

Siendo tímido y sobreprote-
gido por sus padres, Alexis lle-
ga al colegio:

Cuña 4 (Profesora de básica):
“Era un ejemplo a seguir. En
primero básico lo senté atrás
con todos los desordenados
para que los ayudara, y un día
 le pegó a una compañera”.

Cuña 5 (Asistente de profesora de básica):
“Era bastante… como decirlo…
especial… un día le rompió el
 sacapuntas a una compañera,
 y se lo pegó con stick fix y todos
creyeron que se había soluciona-
do el problema”.

Cuña (Papá):
“Sí, mi hijo tuvo problemas pe-
ro… (sigue llorando y todavía no puede seguir hablando)”

Siempre tuvo problemas de con-
ducta, bajas notas, déficit aten-
cional y problemas con sus com-
pañeros, hasta que en octavo
básico no pudo más contra le
bullying y decidió unírsele:

Cuña 6 (Compañero de curso)
“Como yo era flaco, alto, y usá-
bamos cotona, él pasaba y grita-
ba que habían puesto un pilar
al medio del pasillo, porque los
 pilares del edificio eran del mis-
mo color de la cotona.”

Con hojas de anotaciones y ami-
gos que no ayudaban mucho a
su mal comportamiento, en la
Media todo fue exactamente i-
gual. Pero con breves diferen-
cias: esta vez era un activo par-
ticipante de las actividades ex
tra curriculares del colegio. En
 2008, con un equipo expositor
 de un ensayo llegó a la final
nacional del concurso de histo-
ria de Chile “El ejército de los
Chilenos” organizado por el
Mineduc  el Ejército de Chile,
y el 2009 participó de los de-
bates nacionales de Inglés,
organizados por el Ministerio.
 Paralelo a eso, cantaba en
el coro religioso de la iglesia,
y estuvo en Centro de Alumnos
 los 4 años de enseñanza media.
 Actualmente Alexis es agnós-
tico, y no está de acuerdo con
 las manifestaciones estudianti-
les, aunque sí con el movimien-
to y su ideología:

Cuña 7: (Abuela)
Ay sí, yo siempre dije que él
 iba a ser curita, y todavía tene-
mos una luz de esperanza.

Cuña 8 (Mamá):
“¡¿Mi hijo agnóstico?! No,
eso no puede ser…”

Cuña (Abuela):
¡¿Agnóstico?! No creo, si yo
sé que él va a ser curita.

Cuña (Papá):
No, si él es bueno… (sigue llorando y no puede hablar).

Inicio Canción “These Broken Hands Of Mine”

En cuarto medio decidió estu-
diar periodismo en la Universi-
dad Diego Portales, y llegar a
vivir con un hermano de su pa
pá, que tenía departamento
en Lo Barnechea, y es allí don-
de vive. Todos los días viaja
una hora y media desde el de-
partamento hasta la universidad.

Cuña (Alexis):
“Estoy haciendo lo que quiero,
en la ciudad que quiero. Vale la
pena, aunque tenga que llegar tar-
de a todos lados”.

No sabe si quiere ser periodista,
 no sabe si creer en Dios. Sólo sabe
que tiene que seguir adelante, y
tratar de hacer las cosas lo mejor
posible.

martes, 16 de agosto de 2011

No le preocupa no despertar

El perro se lame las heridas, se las limpia como puede y no porque sepa que ahí tiene una herida, sino porque le duele, y no hay otra forma de detener ese dolor. Lo hace por instinto, ni siquiera está consciente de lo que hace, pero lo hace.

No construye muros a su alrededor para protegerse de los daños que vienen, porque no sabe si vienen más daños, pero ya está condicionado, y sabe de lo que tiene que alejarse. Es raro ver perros que no lo hagan, pero él si lo hace, y cada vez que ve eso que le hizo daño alguna vez, decide alejarse, o a lo más tener extrema precaución. Pero ahora se lame las heridas, las limpia y las cuida, y luego devuelve la mirada hacia la vereda de enfrente donde pasan las personas, con prisa hacia su destino. Y los mira pasar de un lado a otro, hasta que otra herida empieza a doler, y ahí va otra vez a lamerse, porque ni siquiera puede moverse.

Está en un callejón sin salida. Es decir hay una salida, pero prefiere quedarse ahí, porque se siente más cómodo. Está en un pedazo de cartón bastante blando y acogedor, y tiene un pedazo de saco de algo, donde se acurruca por las noches cuando tiene frío. Y si hace más frío aún, tiene una táctica que nunca le falla: cierra los ojos muy fuerte, respira profundamente, y va directo a los días de su niñez perruna, cuando era todavía un cachorro mimado por su perra madre, y sólo vivía debajo de ese pelaje tan cómodo e infinito, porque podía pasarse horas indagando en él y no se acababa nunca; era como dar la vuelta eterna al mundo.

Así recuerda olores, amor, maullidos, y la respiración juega un rol importante, porque termina quedándose dormido. No le preocupa despertarse al otro día: está en un callejón sin salida, y lo único que tiene son el cartón, el saco, y unas cuantas heridas que cuidar.

Respira, se queda dormido, y no le preocupa no despertar.


martes, 12 de julio de 2011

Life In Letters

Aunque me duela aceptarlo, eres una de las partes que más quiero en mi vida. Y aunque no sé cuál es el final de todo esto (porque aunque yo quiera un final feliz, esto es una decisión conjunta), tengo la necesidad de contarte lo que he aprendido en este corto tiempo, y que espero me dejes poner en práctica igual que muchas otras cosas más que tengo planeadas.

- Confiar más en ti es algo que jamás me he propuesto. Pero confiar ciegamente en ti, y no dejar espacio a dudas ya no es una propuesta sino una meta.

- No publicar cosas en redes sociales de las que después me puedo arrepentir.

- Aceptarte y quererte tal como eres, no como lo que espero llegues a ser estando conmigo. Sino, ¿para qué estar contigo si no me gusta como eres? Y la verdad, es que todo tú me gusta mucho, y de eso estoy enamorado.

- Comprenderte más y ponerme en tu lugar, porque nunca he estado consciente de que en verdad jamás he hecho esto.

5 Vocales, 4 moralejas.
Hay que seguir aprendiendo, siempre se puede aprender algo nuevo.

"A is the almonds and B makes it better. C is creating your life in letters". (Lucy Schwartz)